viernes, 12 de octubre de 2012

EL TIGRE Y LA FLOR



RÉGULO POYER






 

Una vez un tigre que vivía adentro de alguien se enamoró de una flor oculta en una persona. 

Él la cultivó, y aunque sus garras eran torpes y su lengua áspera, ella agradecida lo perfumó. 

El tigre movía la tierra con sus garras acariciando sus raíces, y ella desprendía perfumes que acallaban su rugir. 

Pero un día sus cuerpos ajenos deciden partir y algo extraño ocurrió, el tigre empezó a secarse y la flor comenzó a rugir.

Él que agoniza sin el perfume de su flor extraviada, la buscó por el mundo y llegando al castillo de los espejos, en un reflejo, vio a su amada. Trató de buscar la imagen, pero esta era reflejo de otra en otro espejo, y este en otro y otro: era un laberinto en una fortaleza llena de espejismos, donde los cristales enloquecían al tigre.

Y mientras tanto la flor nunca estuvo dentro del castillo. Ella estaba con otras flores en un huerto vecino al castillo, y desde allí se reflejaban.

Aun así, ella lo espera exhalando su mejor perfume, oyendo el rugir del tigre encantado dentro de la fortaleza cristalina.





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